Un movimiento que está surgiendo en algunos países, especialmente en Europa, defiende lavar menos (o incluso no lavar) la ropa. El término “no-wash” tiene como objetivo preservar la integridad de la vestimenta, limpiar el ambiente y ahorrar tiempo y dinero. ¿Pero es esto saludable? ¿Puedes usar la misma ropa de gimnasia siempre? ¿Y repetir la ropa interior?
De acuerdo con especialistas, de manera general, todo depende. Depende del contacto del artículo con la piel, del sudor y las secreciones, además de la suciedad externa. La temperatura ambiente o la cantidad de transpiración del material de la ropa también influyen.
Como dos defensores del movimiento, Richard Blackburn, profesor de materias sustentables de la Universidad de Leeds, se pregunta por qué las personas no huelen las prendas antes de tirarlas al cesto de la ropa sucia, algo que se hace en modo automático.
“Nos lavamos mucho. La mayoría de la gente se ducha todos los días. La mayoría de nosotros tenemos ocupaciones en las que, francamente, no sudamos. No nos ensuciamos y no es bueno estar súper limpio. Vivimos con este hermoso microbioma de bacterias en nuestra piel, que ayuda a tener una buena piel”, dice Blackburn a The Guardian. Por supuesto, esto puede ser un poco diferente en un país tropical, rodeado de temperaturas superiores a los 30ºC durante parte del año.
Blackburn dice que está feliz de usar las medias más de una vez y admite usar ropa interior dos veces si, el primer día, no la usa durante 18 horas completas. Úrsula de Castro, estilista y autora de Loved Clothes Last, recomienda evitar los sujetadores con demasiada frecuencia debido a la complejidad de la estructura de la prenda.
Cada cuánto hay que lavar la ropa de gimnasia
Aún más pantanoso es el territorio de la ropa de gimnasia. Blackburn critica que estén fabricados con materiales como la lycra y el poliéster: “Eso significa que cada vez que los usas, cada vez que sudas, estás respirando plástico. Solo usaría algodón y solo me lavaría después de sudar vigorosamente”.
“Si voy a correr con una remera de poliéster, especialmente cuando hace calor, definitivamente hay que lavarla. Pero si voy a hacer yoga, este mismo top me quedará bien más adelante. Entonces, lo usaré primero para yoga y luego para entrenar y luego lavarlo”.
¿Te pareció antihigiénico? La ciencia puede respaldar tu opinión
El ejercicio es un momento muy favorable para la proliferación de bacterias, especialmente en la ropa. Esto se debe a que entran en contacto directo con los equipos del gimnasio, además de la humedad y la temperatura corporal más alta, creando un terreno fértil para bacterias potencialmente dañinas como Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes.
“El mal olor que comúnmente surge en un set de gimnasia es el resultado del crecimiento excesivo de bacterias y los malos olores que producen. El crecimiento bacteriano en la piel varía entre las diferentes regiones del cuerpo. En la axila, por ejemplo, se encuentra Corynebacterium”, explica el neurocientífico de la Universidad de Bristol Dan Baumgardt en el artículo publicado en el sitio web The Conversation.
La limpieza de la ropa interior también es fundamental. Además de los restos de suciedad, orina, secreciones o secreciones vaginales, debes considerar que entre las piernas, especialmente en los pliegues y las ingles, existe humedad, convirtiéndose en un lugar propicio para la reproducción de bacterias y hongos, que pueden aumentar el riesgo de infecciones genitales, micosis viril o dermatitis bacteriana.
De acuerdo con el Good Housekeeping Institute, las ropas íntimas limpias pueden contener 10 mil bacterias vivas, que no son necesariamente perjudiciales, porque vivimos cercados por microorganismos, pero requerimos cierta higiene.
“Normalmente pensamos en bacterias, pero también somos portadores de otros microrganismos, como parásitos de sarna o el protozoo Trichomonas vaginalis, además de hongos como Candida o ciertos dermatófitos”, afirma Dolo Vidal, miembro del grupo de Divulgación de la Sociedad Española de Microbilogia.
Por ello, se recomienda utilizar ropa interior limpia a diario; además, si practicas deporte o haces ejercicio, sería buena idea cambiarte la bombacha y el sujetador al terminar, y antes de acostarte (si eres del grupo que duerme en bombacha), sustituir los que llevaste durante el día con un par limpio.
Nuestra ropa absorbe toda nuestra suciedad como el sudor, los fluidos y aceites corporales y los temidos ácaros del polvo, criaturas microscópicas que se alimentan de células de la piel. Según estudios, perdemos alrededor de 3,9 kilos de células de la piel a lo largo de 365 días y gran parte de ellas acaba inevitablemente en nuestra ropa y sábanas (por eso conviene lavarlas al menos una vez a la semana).
En general, se puede ser más flexible con abrigos y blusas frías, que no entran en contacto directo con la piel. Artículos como los jeans tampoco necesitan lavarse necesariamente después de cada uso. Según los expertos, si no está manchada ni sucia se puede lavar cada 3 o 4 usos.
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