¿Tomás muchos medicamentos? Qué hacer al respecto del fenómeno llamado "cascada de recetas”

 En Estados Unidos, uno de cada cinco adultos entre 40 y 79 años consume cinco o más medicamentos recetados. Esta cifra aumenta con la edad, lo que genera un problema conocido como polifarmacia, que se asocia a un mayor riesgo de efectos secundarios graves e interacciones farmacológicas.

¿Por qué la polifarmacia es peligrosa?

• Deterioro cognitivo: estudios demuestran, que tomar múltiples medicamentos puede acelerar la pérdida de memoria en pacientes con deterioro cognitivo leve.
• Caídas: en personas con problemas de equilibrio o debilidad muscular, la polifarmacia aumenta el riesgo de caídas.
• Hemorragias, niveles bajos de azúcar en sangre y otras complicaciones: ciertas combinaciones de medicamentos pueden provocar estas graves condiciones que llevan a la hospitalización de muchos adultos mayores.

¿Cómo se llega a la polifarmacia?

• Enfermedades crónicas: al envejecer, las personas suelen desarrollar enfermedades como diabetes, cardiopatías, artritis e hipertensión, lo que aumenta la cantidad de medicamentos que toman.
• Falta de seguimiento: muchos pacientes siguen tomando medicamentos recetados durante años sin que se evalúe si aún los necesitan o si existen alternativas más modernas.
• Atención médica fragmentada: cuando los pacientes consultan a diferentes médicos, cada uno puede recetar medicamentos sin tener en cuenta los que ya están tomando.
• Cascada de prescripciones: para tratar los efectos secundarios de un medicamento, se receta otro, y así sucesivamente.
• Disminución de la función renal y hepática: en la vejez, la capacidad del organismo para eliminar algunos medicamentos se reduce, lo que puede generar nuevos efectos secundarios y la necesidad de más fármacos.

¿Quiénes son más propensos a la polifarmacia?

Aunque el principal grupo afectado son los adultos mayores, este fenómeno también puede afectar a adultos jóvenes y niños que padecen enfermedades crónicas complejas, como por epilepsia, trastornos del aprendizaje o problemas de salud mental.

Hay algunas medidas que se pueden tener en cuenta para mitigar, hasta donde sea posible, los efectos más nocivos de la polifarmacia. Entre ellas, la “conciliación de medicamentos”, que debería ser la norma, pero no siempre lo es: que médicos y farmacéuticos revisen la medicación de cada paciente en cada consulta.

Otras consideraciones a contemplar

• Revisión anual: se recomienda una revisión completa de la medicación recetada al menos una vez al año.
• Comunicación con el médico: antes de iniciar un nuevo tratamiento, pregunta si el síntoma puede ser un efecto secundario de otro medicamento o si existen alternativas no farmacológicas.
• Dosis bajas: comenzar con la dosis mínima necesaria puede reducir el riesgo de efectos secundarios.
• Plan de prescripción: al iniciar un nuevo tratamiento, acordá con tu médico un plan para dejarlo de tomar cuando sea necesario.

Es importante recordar que la medicación puede ser fundamental para mejorar la calidad de vida, pero su uso excesivo puede ser perjudicial.